Hay veces en las que un mismo resultado transmite sensaciones contrapuestas. El Real Unión lleva dos jornadas con el empate a uno en el marcador, sumando un solo punto por partido, pero lo que vimos hace siete días en Gal y lo que se vio ayer por la tarde en Ipurua no tiene nada que ver. Como la noche y el día.
La semana pasada ante el Sanse el equipo entrenado por Sola ofreció una imagen que no va acorde con un conjunto que tenía como objetivo luchar por la primera posición. Jugando en casa se metió atrás en la segunda parte para defender el 1-0 y acabó perdiendo dos puntos.
Ayer en Ipurua, el Real Unión no perdió dos puntos; ganó uno y pudieron ser los tres. Y es que no hay que olvidar que los irundarras jugaron en casa del líder. En la primera parte tuvieron claras ocasiones para haberse ido al descanso con dos o tres goles de renta. Los protagonistas del 0-1 -centro de Luisma y gol de Romo- no pudieron sentenciar. El cántabro envió el balón al larguero en una falta y el navarro picó en exceso el balón en un mano a mano con Irureta.
La segunda parte estuvo dominada por los locales, pero fue el Unión el que marcó por mediación de Alegre cuando el partido tocaba a su fin. Un gol que no subió al marcador porque el colegiado lo anuló por un fuera de juego más que dudoso.
En resumidas cuentas, buen partido de los unionistas, que sumando lo mismo que la semana pasada demostraron que pueden jugar de tú a tú contra cualquier equipo, hasta contra el líder. ¿Por qué no lo hacen siempre?
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