La noticia de la semana es el gol de Iñaki Goikoetxea. El delantero que tanto admiramos hace dos años llevaba 31 jornadas sin marcar. Habrá quien piense que había una especie de conspiración en contra del '9' debarra, pero nada más lejos de la realidad. Esto funciona así. El fútbol tiene memoria, pero la justa.
Todos sabíamos de lo que era capaz Goiko. Todos recordábamos su brillante temporada el año descenso. Un año en el que no se llevó más que elogios. Pero en el fútbol no se puede vivir de las rentas. Esta temporada estaba siendo mala para el ariete debarra. Ni marcaba goles ni era el delantero arrollador que tanto nos gustaba. Ese que se bastaba para superar a las defensas rivales.
Por ello, ni se le ensalzaba en las crónicas ni se le aplaudía desde el graderío. No pienso que sea bonito pitar a un jugador de tu equipo, pero jarabe de palo para el niño malo. Y si uno no lo hace bien, es normal que escuché la disconformidad de los aficionados. Tirando del tópico por excelencia, el fútbol es así.
Pero cuando las cosas se hacen bien, la gente tampoco se acuerda de lo que pasó hace siete días. Goikoetxea cuajó un gran partido y se llevó una gran ovación. Nadie iba en su contra. Cuando uno está, se le aplaude, cuando no, se le pita. Si sigue estando, se le seguirá aplaudiendo. Por el bien del Real Unión, que esté.
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