Iñaki Goikoetxea marcó después de 31 jornadas y volvió a demostrar el nivel de hace dos cursos.
Iñaki Goikoetxea fue el delantero del ascenso del Real Unión a Segunda. Un jugador querido por toda la afición por su entrega en cada partido y sus goles. La temporada pasada, en la categoría de plata, no fue buena para nadie, tampoco para el debarra. Durante este curso ha dado la sensación de que Goikoetxea no le había conseguido dar la vuelta a lo que pasó el año pasado. Hasta la tarde del domingo, sólo había marcado dos goles. El último, hace 31 jornadas.
La afición había empezado a pitarle, el entrenador lo mandó a la grada y el delantero parecía sumido en una profunda tristeza. Pero ante la Gimnástica de Torrelavega el ariete unionista se reencontró con el gol y con su mejor versión, dio la asistencia del segundo y salió ovacionado del Stadium Gal. Fue, sin lugar a duda, el protagonista del partido.
Iñaki Goikoetxea apunta que «necesitaba el gol, pero sobre todo lo necesitaba el equipo para ganar el partido. Fue una alegría para mí y también para todo el equipo, ya que sumamos los tres puntos tras jugar un buen partido. Cuando marqué no pensé en nada, sólo en disfrutar del gol y abrazarme con mis compañeros».
Esto es lo que dice de primeras, pero está claro que son muchas las cosas que se le pasan por la cabeza a uno en los momentos complicados. Mucho tiempo sin marcar, pitos de los aficionados, ahora aplausos. «A un futbolista le pueden pasar esas cosas. El domingo me aplaudieron pero dentro de dos semanas me pueden volver a pitar. Yo me tengo que abstraer de eso y trabajar para ayudar al equipo. Es verdad que me dedicaron una gran ovación, pero esas cosas son pasajeras. Hace dos años también me aplaudían. Cada partido es un mundo. Lo que tengo que hacer es disfrutar del gol y de la victoria».
Como es lógico, el debarra reconoce que no ha pasado sus mejores momentos en los últimos tiempos. «Es desagradable que te piten en casa, pero nunca he pensado en tirar la toalla. Voy a entrenar todos los días con muchas ganas y alegría. Los futbolistas nos sentimos unos privilegiados porque trabajamos dos horas por la mañana y luego tenemos la tarde para descansar. Tenemos que asumir todo lo que rodea al fútbol. Es cierto que anímicamente estaba más triste porque llevaba mucho tiempo sin marcar, pero siempre he intentado ayudar al equipo».
Recuperar la confianza
Goikoetxea, además de estar reñido con el gol, lo estaba con su juego. Hasta parecía que su nivel de intensidad había bajado en los partidos. Todo cambió tras el tanto del domingo. Al debarra le empezó a salir todo, volvió a recordar al delantero de hace dos temporadas.
Iñaki Goikoetxea reconoce que «para la confianza siempre viene bien marcar goles y hacer un buen partido. Los goles siempre ayudan y más a los delanteros, que vivimos del ellos. Seguro que haber marcado me da confianza y tranquilidad para ayudar al equipo en este tramo final del campeonato y espero que podamos acabar la liga entre los cuatro primeros».
La clasificación para las eliminatorias por el ascenso depende de los irundarras, que siguen en cuarta posición. Sin duda, el choque del próximo domingo ante el Barakaldo será muy importante.
El delantero unionista advierte que «será un partido peligroso porque llevan veintiún jornadas sin ganar. Ellos tienen casi imposible salvarse, pero nosotros no nos podemos despistar porque los tres puntos son vitales».
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