Se veía venir. Decirlo ahora es fácil, pero no hizo falta ver más que diez minutos de partido para que uno se diera cuenta cómo iba a ser el encuentro. Ni ir a por la victoria, ni intentar marcar un gol para sentenciar la eliminatoria, ni nada. Todo lo dicho durante la semana quedó en el olvido. Las buenas intenciones y las palabras de valentía se las llevó el aire. El Real Unión sólo quiso una cosa en la Ciudad Deportiva del Sevilla, no encajar un gol, y salir con esa mentalidad ante el equipo más goleador de la categoría es demasiado arriesgado.
Menos mal que Miguel Sola lo sabía. El técnico había utilizado esas mismas palabras en la previa del encuentro. «Dejarlo todo a defender, a mantener el 0-0, es demasiado arriesgado». Y como el que juega con fuego se acaba quemando, el Real Unión se quemó.
Los irundarras se la jugaron a defender. A no encajar ningún gol. Con el planteamiento empleado por el técnico navarro, como era de esperar, los unionistas no fueron capaces de hacer ni un rasguño a la defensa del filial sevillista. Y como los andaluces son buenos, por que lo son, acabaron viendo puerta. Cierto es que el primer gol lo marcaron en el minuto 85. Cierto es que la defensa unionista maniató bastante bien al ataque andaluz. Cierto es que el Sevilla Atlético apenas inquietó a Otermin durante la segunda parte. Pero no es menos cierto lo que pasó.
Y lo que pasó fue que el Real Unión se llevó un merecido castigo. Tirar de tópicos es demasiado fácil, pero también recurrente. El equipo que va a por el 0-0 acaba perdiendo. Los unionistas fueron a por el 0-0 y acabaron perdiendo 3-0 y fuera de la carrera hacia la categoría de plata.
El Real Unión no jugará la temporada que viene en Segunda División, lo volverá a hacer en Segunda B, y si realiza una temporada como la presente, seguirá en el pozo durante muchos años. En caliente se le puede ir a uno la mano a la hora de realizar valoraciones, pero así, de primeras, habría que calificar el curso de fracaso. Primero porque costó demasiado entrar en el play-off de ascenso tras realizar una liga muy irregular y segundo porque el Real Unión no ha estado ni cerca de recuperar la categoría perdida la temporada pasada.
Y es que ayer, en la Ciudad Deportiva del Sevilla, el que mereció seguir adelante fue el equipo que ganó 3-0, el Sevilla Atlético.
Tensión y nerviosismo
El partido que disputaron ayer el filial sevillista y el Real Unión fue muy tenso. De esos en los que cada falta se convierte en un conato de pelea entre los jugadores. Algo normal si se tiene en cuenta lo que había en juego. El Real Unión, que se decantó por defender, llevó bien a cabo ese cometido, pero como dijo Miguel Sola, un gol puede llegar en cualquier accidente.
Y cuando sólo se habían disputado quince minutos de partido, el Sevilla Atlético dio el primer susto a los irundarras. Otermin no acertó a despejar una falta botada por Luis Alberto y Rodri sólo tuvo que empujar el balón para marcar. Afortunadamente, el colegiado anuló el gol por fuera de juego. Fue el primer aviso.
La pelota no le duraba nada a los jugadores unionistas, y aunque los andaluces no eran capaces de crear ocasiones, a cada minuto que pasaba ganaban algo de terreno. El primer tiro a puerta de los irundarras, y el único en todo el partido, llegó en el minuto 37 por mediación de Goikoetxea. El disparo fue manso a las manos del portero. Empezaba a oler a chamusquina.
Adiós en cinco minutos
Con el 0-0 en el marcador se llegó al descanso. Con ese resultado el Real Unión estaba en la siguiente fase, pero quedaba mucha tela por cortar. Las galopadas de Iker Alegre eran el único atisbo de ofensiva unionista, pero si tiene que jugar uno contra el mundo, o es Messi, o no puede.
El partido no tenía buena pinta, pero se le puso de cara al Real Unión con la expulsión de Rodri. Mari Lacruz le dio una nueva lección al delantero, que desquiciado, acabó dándole un tortazo al central.
Pero ni con uno más los de Miguel Sola fueron capaces de sentenciar la eliminatoria. El guión del partido no cambió y a cinco minutos de final, en un error de marca aSEVILLA ATL. 3
REAL UNIÓN 0
Sevilla Atlético: Jiménez, Morales, Bernardo (Jairo, 78'), Samuel; Salva (Adrián, 69'), Campaña; Martínez, Luis Alberto, Ríos (Tono, 53'); Rodri.
Real Unión: Otermin; Bolaños (Quero, 69'), Lacruz, Iglesias, Yuri; Castellano, Rubén García; Alegre, Romo, Durán (Landeira, 77'); Goikoetxea (Gorka Brit, 65').
Goles: 1-0, min. 85: Deivid; 2-0, min. 93: Luis Alberto. 3-0, min. 94: Morales.
Árbitro: Sr. Pérez Peraza (tinerfeño). Amonestó a los locales Salva (m. 27), Morales (m. 75) y Campaña (m. 79). A los visitantes Lacruz (m. 15) y Romo (m. 19). Expulsó con roja directa a Rodri en el minuto 61 y a Yuri en el 93.
Incidencias: 3.000 personas en la Ciudad Deportiva del Sevilla.
MINUTO A MINUTO
15´
El Real Unión recibió un buen susto. Otermin no acertó a despejar un envío de falta y Rodri marcó a placer, pero lo hizo en fuero de juego.
37´
Los irundarras no lo estaban haciendo bien en ataque y hasta el minuto 37 no llegó su primer disparo a puerta, que fue obra de Goikoetxea.
61´
El partido se le puso de cara al Real Unión, ya que Rodri fue expulsado por agredir a Lacruz. Jugar con uno más no le sirvió de nada al equipo de Irun.
93´
El último golpe. Con el partido muerto Morales marcó el tercer gol para el Sevilla Atlético, que celebró con alegría la clasificación para la siguiente fase.l defender una falta lateral, Deivid marcó de cabeza el 1-0. No se jugó más. Los sevillistas se dedicaron a perder todo el tiempo que pudieron y sólo corrieron para matar a la contra a un Real Unión que ni con la eliminatoria perdida fue capaz de acercarse al marco rival.
Y así acabó la temporada unionista. Con un partido para olvidar. El Real Unión no hizo nada de lo que iba a hacer. Ni ir a por el choque, ni marcar, ni seguir adelante. Adiós a Segunda. Esto es todo amigos.
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